viernes, 1 de octubre de 2010

Mutación epistemológica

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«A medida que crece, el saber cambia de forma. No hay uniformidad en el verdadero saber. Todos los auténticos saltos se realizan lateralmente, como los saltos del caballo en el ajedrez. Lo que se desarrolla en línea recta y es predecible resulta irrelevante. Lo decisivo es el saber torcido y, sobre todo, lateral.»
- Elías Canetti, El suplicio de las moscas, ix.
Gracias a versvs.net

jueves, 22 de julio de 2010

Algo anda mal

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«Lo normal es vestirse con las ropas que compraste especialmente para el trabajo y conducir en mitad de todo el tráfico un coche que todavía estás pagando, para llegar a ese puesto de trabajo que necesitas para pagar las ropas y el coche, así como para poder permitirte vivir en esa casa que dejas vacía durante todo el día.»

- Ellen Goodman, periodista

vía versvs (http://lasindias.coop)

domingo, 16 de mayo de 2010

Camus y la simpleza de la vida

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Volví a pensar en Camus al leer un informe sobre el suicidio sobre el que tengo que opinar. Ya sabemos que Camus pensaba que el suicidio era el único problema filosófico serio puesto que ponía en juego el sentido de la vida. Ante esto la transformación del problema en uno sanitario es liberador pero reduccionista. Con ese pensamiento acudí a honrar la memoria de un “viejo” amigo de mi edad que murió hace dos días. Su hija le dijo que estaba orgullosa de serlo y yo lloré sin pudor. Pero a la salida del funeral la vida se defiende como puede, incluso con bromas. Hay que vivir supongo, pero pienso en Camus y siento que le traicionamos.

Pubicado por Juan Urrutia en: http://juan.urrutiaelejalde.org/camus-y-la-simpleza-de-la-vida

martes, 20 de abril de 2010

Realidad subjetiva

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“Y aquellos que fueron vistos bailando fueron tomados por locos por aquellos que no podían escuchar la música”

F. Nietzsche.

miércoles, 6 de enero de 2010

El viaje de los magos

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Justo la peor época del año
Para un viaje, y un viaje tan largo:
Los caminos hundidos y el tiempo cortante,
Lo más muerto del invierno.”
Y los camellos molestos, doloridos, testarudos,
Tumbándose en la nieve que se fundía.
Hubo momentos en que echábamos de menos
Los palacios de verano en laderas, las terrazas,
Y las muchachas en sedas trayendo sorbete.
Luego los camelleros que maldecían y gruñían
Y se largaban, y querían su bebida y mujeres,
Y las hogueras nocturnas que se apagaban, y la falta de albergues,
Y las ciudades sucias y los pueblos hostiles,
Y las aldeas sucias que cobraban precios altos:
Nos fue duro.
Al final preferimos viajar toda la noche,
Durmiendo a ratos,
Con las voces cantándonos en los oídos, diciendo
Que esto era todo una locura.

Entonces al alba llegamos a un valle templado,
Húmedo, bajo la línea de nieve, que olía a vegetación;
Con un arroyo que corría y un molino batiendo la oscuridad,
Y tres árboles en el cielo bajo,
Y un viejo caballo blanco se alejó al galope en un prado.
Entonces llegamos a una taberna con vides en el umbral,
Seis manos en la puerta abierta buscando piezas de plata,
Y pies pateando los odres vacíos.
Pero no había información, así que continuamos
Y llegamos por la noche, encontrando el lugar
Ni un instante demasiado pronto; fue (podéis decir) satisfactorio.

Todo esto fue hace mucho tiempo, recuerdo,
Y lo haría otra vez, pero escribid
Esto escribid
Esto: ¿fuimos llevados tan lejos para
Nacimiento o Muerte? Hubo un Nacimiento, ciertamente,
Teníamos evidencia y ninguna duda. Yo había visto nacimiento y muerte,
Pero había creído que eran diferentes: este Nacimiento fue
Una agonía dura y amarga para nosotros, como la Muerte, nuestra muerte.
Regresamos a nuestros lugares, estos Reinos,
Pero ya no estábamos a gusto aquí, en la antigua ley,
Con un pueblo ajeno aferrándose a sus dioses.
Me alegraría otra muerte.

Por T.S Elliot.


lunes, 4 de enero de 2010

La vida que yo veo

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La vida que yo veo
anhela los extremos confines,
el Desierto, la Selva, y nada más.

Veo que Setiembre,
el de los Rojos Helechales,
deplora su materia;
que hubiera preferido ser
sólo Nieve, Inmensidad y Lobos.


Veo que el Sol
sueña con la pura Luz,
y que la Noche
añora los tiempos primordiales
cuando todo era noche.


Miro también a mi corazón,
y descubro que sus deseos
se resumen, desgraciadamente,
en dos palabras:
la palabra Siempre,
la palabra Nunca.


Por Bernardo Atxaga

jueves, 31 de diciembre de 2009

Los bueyes

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Los Bueyes

Nochebuena, a las doce de la noche.
“Ahora están todos de rodillas”,
Dijo un anciano cuando nos sentábamos
Al amor de las brasas del hogar.

Imaginamos a las mansas, dóciles criaturas
En su pesebre de paja.
Y no se nos ocurrió a ninguno allí
Dudar que estuvieran de rodillas.

¡Pocos creen un cuento tan hermoso
En estos años! Pero siento
Que si alguien dijera en Nochebuena
“Ven a ver cómo los bueyes se arrodillan

En la alquería solitaria junto a aquella cañada
Que solía conocer nuestra niñez,”
Iría con él por la penumbra,
Esperando que fuera así.

Por Thomas Hardy (1840-1928)